Podemos hacer un símil de lo que supone pedir la vez en una carnicería con el posicionamiento de las marcas en la mente del consumidor.
Toda marca debe “pedir permiso” para conseguir ese lugar privilegiado en la mente de los consumidores. La mente humana no tiene cabida para todas las marcas existentes, por lo que todas tendrán que luchar por pertenecer a esa short-list (pequeña lista de marcas posicionada en nuestra cabeza) que todos poseemos para con las marcas. Ocupar una posición mental como si fuera un fortín insuperable es muy difícil, hay que saber mantener la posición y luchar de por vida para no perder el posicionamiento. Tu marca deberá abrirse paso entre todas las que ya están, y lo que es más difícil, conseguir quedarse para siempre. Cuando un posicionamiento nuevo se hace latente, otra marca es desplazada de esa lista, por lo que el mismo caso puede darse si pasado un tiempo surge otro competidor con ganas de hacer bien las cosas. Debemos tener siempre los ojos bien abiertos…
Cuando hablamos de posicionamiento, nos referimos a los motores potentes que nos ofrecen AUDI o Mercedes, o a la seguridad que nos promete VOLVO. Por no hablar de los alimentos de garantía que nos ofrece Nestlé o calidad del servicio del Corte Inglés. Es muy típico encontrarse con el dilema de los refrescos…Cuando pedimos un refresco de cola en un bar debemos conformarnos con el de la marca distribuidora, pedimos Coca-Cola, pero nos traen Pepsi (nos conformamos). Incluso se dan casos de aquellas personas que beben Pepsi y por el posicionamiento de la marca son dados a pedir, sin quererlo, Coca-Cola, mucha culpa tendrá esa Short-list que tenemos en la cabeza.
Posicionar a una marca para conseguir estos resultados tiene un trabajo increíble. No penséis que es trabajo de un día, ni de negocios fugaces, es tarea de años de dedicación y estrategias calculadas para poder conseguir el objetivo. Ni que decir tiene que la publicidad sostiene a las marcas en este aspecto, consiguiendo siempre aquellas percepciones asociadas a su target.
Ocurre con los servicios, los productos, las empresas, las instituciones e incluso con los países. En todos los ámbitos la imagen que se de de ellos/as será de vital importancia de cara a un futuro próximo y a la reacción de sus inmediatos consumidores.
Nos pasamos el tiempo intentando llenar un vaso de agua con fisuras sin saber que esas fisuras no permiten la permanencia de todo el agua que depositamos. La mente de los consumidores es selectiva, son pocas las marcas que quedan posicionadas en esa zona tan privilegiada, sólo tendrán ese placer los que de verdad han sabido posicionarse.