El segundo icono español que trataremos será el abanico. A pesar de tener su origen en China, alcanzó su máximo apogeo en España en el siglo XVIII de la mano de Eugenio Prost, encargado de perpetuar este complemento en nuestro país. Desde entonces, España lo ha acogido como suyo en su moda y en sus costumbres, su arraigo fue instantáneo, sobre todo en el sur.
El abanico español está compuesto de varillas, clavijo – la unión de las varillas – y el paisaje, que es la tela o papel decorativo que se pliega entre guardas.
Hoy en día, además de ser un complemento de vestuario de mujer indispensable, suele aprovecharse en diferentes escenarios para promociones y cuestiones corporativas. Es seguro que este 2010 el calor de Sevilla volverá a concentrar en su Feria miles de estos instrumentos. Para muchas marcas es un aliciente extra para distribuir centenares de ellos durante la Feria de Abril y llevar sus marcas a todos los hogares a través de un detalle promocional.
Hace poco tiempo me hablaron del lenguaje del abanico de antaño, sólo conocía dos de los signos, y me pareció bastante curioso. Este lenguaje se creó para la atracción, o no, de los hombres. Las mujeres utilizaban este instrumento para informar a la masa masculina de sus pretensiones. Abanicarse sobre el pecho lentamente significaba: estoy buscando novio. Hacerlo rápidamente: ya estoy comprometida. Cerrar el abanico y ponerlo sobre la mejilla: me gustas. Apoyar los labios sobre las guardas: no me fío. Apoyarlo en el corazón: te amo. Cerrarlo bruscamente: te odio. Una verdadera herramienta de comunicación…
Sería curioso ver a las mujeres dirigirse a nosotros con este lenguaje en la actualidad, al menos sería más entretenido… estaré atento en la Feria.
¡¡Saludos!!
