Como todo proceso partimos de una situación inicial, en este caso será esa cierta información que deseamos transmitir. El primer filtro que tendrá que pasar esa información para poder transformarse en mensaje es la personalidad de los profesionales que lo convertirán en “mensaje” y que poseen unas cualidades, conocimientos y motivaciones totalmente distintas del receptor. Conjuntamente el emisor se chocará con la dificultad de tener que presentar una serie de ideas novedosas e inéditas en su mayoría para el oyente o lector en un tiempo o espacio muy reducido. Con ello, llegamos al mensaje, éste será mirado, analizado y percibido a través de las actitudes y conocimientos del receptor, lo que supone un nuevo filtro que desfigura la información que deseábamos transmitir llegando a la información trasmitida.
El publicitario, por regla general, suele pertenecer a un grupo instruido, por lo que presupone que todo el público posee el mismo dominio del lenguaje que él, pero el público llega a dudar de la persona que se expresa con demasiada destreza. Para informar sobre la publicidad es esencial utilizar un registro genérico, hablar del mismo modo que el receptor del mensaje, aunque sea totalmente distinto al nuestro, saber dominar distintos registros será una tarea prioritaria para cualquier publicitario. Es lógico pensar que los anunciantes hablen de una forma para que sus clientes potenciales conciban el mensaje y lo asocien a sus propias necesidades y deseos.
Podemos decir entonces que la comprensión del mensaje será una condición necesaria para lograr la efectividad publicitaria. También será importante conocer si el mensaje fue transmitido con fuerza, destreza y fidelidad suficiente, para así evitar posibles contrasentidos.
Ya sabemos que el proceso de comunicación es considerablemente complejo por la cantidad de elementos que contiene el mensaje (palabras, imágenes, tonos, colores, sonidos, movimiento, silencio y muchos otros símbolos no verbales), tendrán que unirse a la perfección para poder mostrar un mensaje eficaz. La percepción de los diferentes elementos del mensaje no se realiza por el individuo como una máquina fotográfica, sino que se organiza y se transforma.
Sabemos que el modo de percibir un anuncio depende enormemente de las predisposiciones e intereses de los receptores, por ello se estudia muy a fondo el target (segmento de población al que nos dirigimos) con el fin de no inducir a un error ya que sería catastrófico para cualquier campaña, una falsa interpretación puede hacer mucho daño a una marca y no ser efectiva. Estas diferencias en la comprensión del mensaje se deben a la gran variación que existe de unas a otras personas en lo que a motivaciones, actitudes, actividades, conocimiento, etc., se refiere. Cada mensaje comunicado a una audiencia amplia tendrá un efecto muy diferente sobre las diferentes personas, si la publicidad se dirige a un público muy extenso, necesitaremos utilizar términos particularmente fáciles para que no haya problemas en su comprensión, otra cosa será si el mensaje a transmitir es más concreto y para un público más reducido o exclusivo.
Es en definitiva, el objetivo de toda comunicación….