¿Quién no ha probado las pastillas Juanola alguna vez? Creo que poca gente podría decir en la actualidad que no ha probado el producto, quizás las nuevas generaciones.
El otro día, comprando una serie de medicamentos en la farmacia, las vi en un dispensador exclusivo de la marca (ya no es considerada medicamento, pero ahí estaba en la farmacia, ahora forma parte de su estrategia), no me habría dado cuenta si no es porque la mujer que iba delante mía pedía de sopetón 3 o 4 cajitas para pasar el mes, se veía una mujer fiel a las pastillas romboidales (“y lo de siempre Javier”), me llamó mucho la atención…
Hablemos del producto. Tiene una forma muy reconocible, el rombo, un color muy común y difícilmente olvidable, el negro, y un sabor diferente al resto de caramelos para la tos.
Comenzó su producción a principios del siglo XX, más concretamente en 1906, cuando un farmacéutico catalán, Manuel Juanola, buscaba remedio eficaz para la tos. Tuvo la genial idea de mezclar regaliz, mentol, eucalipto y terpinol, consiguiendo un producto muy efectivo y de comprobada eficacia para suavizar la garganta y facilitar la expectoración. Su forma no es casualidad, necesitaban que fuera fácil de cortar en el laboratorio y diferente al resto de pastillas que se comercializaban en el mercado. El resultado fue ese rombo tan característico.
Aunque su éxito en toda Barcelona era latente, no triunfaría en el resto del país hasta que su hijo, Manuel Juanola Cervera, modernizara el negocio y lo convirtiera en una industria flamante, no dando abasto en los años 60 con su producción.
Desgraciadamente, como les ha pasado a muchos productos españoles, recibiría una oferta de compra extranjera, aceptada en 1998. El grupo Angelini (Italiano) se hizo con el producto. En la actualidad ya no sólo producen el histórico rombo de regaliz negro, sino que han seguido ampliando la gama de productos para intentar ganar adeptos. Ahora se pueden encontrar chicles, perlas de diferentes sabores, incluso ha elaborado una caja con la forma romboidal.
A pesar de todo esto, sigue siendo una de las marcas más recordadas del país, más de un 80% de la población la reconoce. Después de la aspirina, todavía es el segundo producto más vendido de las farmacias. Se calcula que se han vendido más de 500 millones de unidades desde sus inicios, hace más de 104 años y tiene cuerda para rato mientras siga habiendo fieles a estas pastillas romboidales.