Me gusta sacar el lado positivo de todo lo que acontece a mi alrededor, incluso todas esas cosas que algún día me hicieron la vida imposible. Cualquier aspecto negativo es bueno si aprendemos de él. Siempre nos ayudará a estar más preparados de cara al futuro.
Los fracasos son necesarios, nadie triunfa en esta vida sin antes chocarse dos o tres veces contra un muro. En el mundo competitivo que nos encontramos merece la pena probar cosas nuevas para adelantarse a los acontecimientos de la competencia -de una forma más temprana si queremos triunfar-, pero también tendremos que cuidar la celeridad de esas experiencias. No consiste en probar muchas cosas a la vez -nos estrellaríamos siempre-, sino probar una a una hasta sus últimas consecuencias. Todos los errores que se cometen son sinónimo de aprendizaje y progreso.
Cuando cometemos errores, nos hundimos, psicológicamente pueden con nosotros, pero debemos saber canalizar el esfuerzo hacia un continuo aprendizaje. A nadie le gusta cometer errores -faltaría más-, pero sin ellos no avanzaríamos nunca, el progreso se debilitaría.
Debemos celebrar los errores, como si de una fiesta se tratase. Es necesario errar para ver la realidad de la situación. Es cierto que a nadie le hace gracia contratar a la Agencia equivocada, ni fracasar con una estrategia de lanzamiento de producto –lo que supone tirar millones de euros a la basura- , pero la realidad es que esto sucede, y nos ayuda a aprender.
Siempre será importante tener la claridad y la información necesaria para darnos cuenta de nuestros errores. Y también, esforzarnos en no negarlos. La negación es esa sensación de protección inconsciente que se encarga de hacernos olvidar nuestras propias equivocaciones para no sentirnos mal. En muchas ocasiones algunas personas "meten la pata" atribuyendo los errores a aspectos externos, como la mala suerte... Pero no se dan cuenta de que cuanto más se tarde en asumir la responsabilidad, más tiempo se tardará en volver a corregir el rumbo.
Es fundamental estrellarse para seguir aprendiendo, reconocer que nos equivocamos, y también, aprender de todos esos errores que han supuesto un verdadero quebradero de cabeza, y por ende, una crisis moral, que siempre nos ayudará a hacer mejor las cosas, y así lograr ese futuro triunfo.
Ya lo dijo Churchill, “El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”…