¿Doble o nada?: Cada día es una apuesta nueva.

Seré sincero, no me gusta apostar a “nada” teniendo la oportunidad de luchar por el “doble”, es algo superior a mis fuerzas. ¿Desconfianza u oportunidad? Me decanto por la segunda, esta decisión me hace más fuerte y libera la “bestia” que llevo dentro para conseguir lo que quiero con mi forma de pensar, y la de los que dentro de poco formarán parte de un nuevo proyecto. Es imposible querer ver crecer bien a un hijo sin alimentarle correctamente, es equivocado dar un paso al frente sin mirar lo que nos rodea, es absurdo buscar una estabilidad sin una constancia, es imposible empezar la casa por el tejado…de los “errores” se aprende… Sin una buena base, no se consigue la altura que se necesita para empezar a asomar la cabeza, no se consigue nada. Es como el que quiere elevar una cornisa sin los pilares que la sustentan…  

Pasamos por una situación económica complicada, pero puestos a ser optimistas… formando un equipo de confianza y de garantías, lanzando un proyecto sólido con vistas a un futuro próximo, y obviando por completo el dinero rápido mal gestionado que todos deseamos en los inicios (evocando al fracaso)… se pueden comenzar grandes proyectos. 

Si se respeta el guion marcado desde el principio y se cumplen paso a paso las premisas expuestas, se pueden evitar los más que probables errores “involuntarios”. Es el momento de un nuevo cambio, de pasar página, de plantear otro futuro enriquecedor y volver a conseguir esa ilusión que se desvanecía en las últimas fechas esperando retos apasionantes. Pasará tiempo hasta que se pueda recoger la cosecha, pero es preferible plantar una buena, y recoger el fruto en buen estado (cuando llegue el momento), a estar quitando malas hierbas continuamente sin ver rastro de lo que esperabas. 

Daré pasos conscientes para conseguir lo que quiero, sigo prefiriendo “doble”. 

Nos seguimos leyendo...